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Reloj biológico

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ritmocircadiano(2)Reloj Biológico: El reloj biológico del organismo, o ciclo de 24 horas (ritmo circadiano), puede verse afectado por la luz o la oscuridad, las cuales pueden hacer pensar al organismo que es hora de dormir o de despertarse. El reloj biológico del organismo controla funciones como: El dormir y el despertar. La temperatura corporal.

Ritmo Circadiano:  Ritmo de Veinticuatro Horas, Ritmo Diurno, Ritmo Nictameral, Ritmo Nictohemeral, Ritmos Circadianos

Trastornos Cronobiológicos: Trastornos del Ritmo Circadiano

Trastornos del Sueño del Ritmo Circadiano: Trastorno del Sueño Producido por el Trabajo en Turnos, Trastornos del Ciclo Sueño-Vigilia, Trastornos del Ritmo Circadiano del Sueño

Fuente: DeCS

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Definición de Reloj biológico

El reloj biológico del organismo, o ciclo de 24 horas (ritmo circadiano), puede verse afectado por la luz o la oscuridad, las cuales pueden hacer pensar al organismo que es hora de dormir o de despertarse. El reloj biológico del organismo controla funciones como: El dormir y el despertar. La temperatura corporal.

Un reloj es un dispositivo que permite realizar una medición del tiempo. Biológico, por su parte, es aquello que está vinculado a la biología (la ciencia que estudia las características y las propiedades de los organismos vivientes).

Se denomina reloj biológico al mecanismo interno de un ser vivo que le permite contar con una orientación temporal. No se trata, por supuesto, de una máquina que muestra las horas y los minutos, sino de un conjunto de funciones orgánicas vinculadas al ritmo de vida.

El reloj biológico hace que, cuando se acerca el mediodía, comencemos a sentir hambre ya que nos anticipa que llegará el momento de almorzar. Lo mismo ocurre al caer la noche, cuando empezamos a tener sueño.

Lo que hace el reloj biológico es ordenar de manera temporal diversas actividades orgánicas. Este orden implica el desarrollo de ciclos (que hacen que, cada cierta cantidad de horas, tengamos hambre o sueño, por ejemplo). Las secreciones glandulares, la regulación de la temperatura del cuerpo y hasta el funcionamiento del corazón y del cerebro, entre otros órganos, dependen del reloj biológico.

Diversas decisiones y actividades que desarrollamos pueden provocar cambios en el reloj biológico, generando diversas clases de desequilibrios. Las personas que no mantienen un horario regular para alimentarse o aquellas que viven de noche y duermen de día experimentan diversos inconvenientes por alterar su reloj biológico: fatiga crónica, falta de apetito, depresión, etc.

Para regular el reloj biológico, lo ideal es mantener una rutina diaria respecto al descanso, la actividad física y la alimentación. Esto ayuda a optimizar el funcionamiento del organismo.

De acuerdo con los estudios de ciertos expertos, la falta de horas de sueño puede incluso colaborar con enfermedades tales como el cáncer, la diabetes tipo II, la obesidad, complicaciones del corazón e infecciones varias. Si bien no es posible crear una tabla universal para conocer el funcionamiento del organismo a cada hora, existen aproximaciones de cierta validez que sirven para aprender un poco más acerca de nuestro reloj biológico.

Veamos algunos de los cambios de estado que el ser humano suele experimentar a lo largo de un día completo:

* entre las 6 y las 8:59 a.m.: este período es el ideal para levantarse de la cama. Para el hombre es el punto en el cual su testosterona alcanza el nivel máximo. Por otro lado, se trata del momento en el cual el corazón está más expuesto a paros, ya que sus vasos presentan una mayor rigidez y una menor flexibilidad con respecto al resto del día, la presión arterial está en su pico más alto y la sangre es muy espesa;

* entre las 9 y las 11:59 a.m.: en esta franja nuestra memoria a corto plazo funciona mejor que nunca, y nuestro cerebro es capaz de procesar la información con especial intensidad. Éste recibe un estímulo particular de atención, ya que el cortisol (la hormona del estrés) se encuentra en su punto máximo;

* entre las 12 y las 2:59 p.m.: lo normal es comer en esta porción del día, por lo cual la actividad gástrica aumenta, bajan los niveles de alerta y, según las estadísticas, tiene lugar el mayor porcentaje de accidentes de tráfico;

* entre las 3 y las 5:59 p.m.: la temperatura interna alcanza su punto máximo, el corazón y los pulmones funcionan mejor que el resto del día, y se trata de un momento ideal para las actividades físicas, como ser el ejercicio;

* entre las 6 y las 8:59 p.m.: es el momento ideal para cenar, aunque no conviene excederse, ya que esto puede aumentar las probabilidades de diabetes y obesidad. También es el punto adecuado del día para desarrollar el pensamiento intuitivo y, dadas las peculiaridades del reloj biológico, para que nuestro hígado metabolice el alcohol;

* entre las 9 y las 11:59 p.m.: la temperatura corporal interna desciende y comenzamos a producir melatonina, hormona que nos ayuda a conciliar el sueño;

* entre las 12 y las 2:59 a.m.: bajan al mínimo los niveles de atención y alerta, mientras que la melatonina alcanza su pico máximo. Por otro lado, el cerebro comienza a consolidar nuestros recuerdos y a desechar lo dispensable;

* entre las 3 y las 5:59 a.m.: tenemos la temperatura corporal al mínimo y somos especialmente propensos a ataques de asma y partos naturales.

Definición de ritmo circadiano

Ritmo es un orden que organiza una sucesión de cosas, formado por la reiteración de ciclos en determinados intervalos temporales. Existen, de acuerdo al contexto, diferentes clases de ritmos.

El adjetivo circadiano, por su parte, se compone de dos vocablos latinos: circa (que puede traducirse como “cerca”) y dies (“día”). Se califica como circadiano a aquello que está vinculado a un período de unas veinticuatro horas.

El concepto de ritmo circadiano se utiliza en el ámbito de la biología para nombrar a las oscilaciones de ciertas variables de tipo de biológico en un intervalo temporal regular. Este ritmo también se conoce como ritmo biológico.

Lo habitual es que el ritmo circadiano esté vinculado a modificaciones ambientales que también se desarrollan de manera rítmica. De todas maneras, es un ritmo endógeno (interno) que puede reducir o incrementar la duración del intervalo de acuerdo al ambiente.

Los ritmos circadianos más fáciles de advertir son aquellos vinculados a la vigilia y el descanso y a los patrones alimenticios. Una persona suele tener sueño o hambre siempre a un horario similar, ya que en su organismo se desencadenan diversos mecanismos por los ritmos circadianos. Si un ser humano siempre almuerza a las 12, es posible que todos los días comience a sentir hambre a medida que se acerca esta hora.

Los cambios o las interrupciones en los ritmos circadianos provocan diversos trastornos en la salud. Los individuos que sufren insomnio y no pueden conciliar el sueño en los horarios acostumbrados, o que experimentan el trastorno conocido como jet lag al viajar muchas horas en avión, se enfrentan a distintos inconvenientes en su organismo.

En este contexto, se habla de trastornos del ritmo circadiano para definir la asincronía que tiene lugar entre las fases de vigilia y sueño en relación con el ciclo geofísico día/noche de nuestro planeta y los momentos en los cuales tenemos obligaciones tales como asistir al trabajo o a un centro de estudios, por ejemplo. Una de las consecuencias del insomnio es la somnolencia diurna, la cual puede tener una repercusión muy seria en la vida cotidiana, como ser problemas de concentración, irritabilidad por encima de lo normal y depresión.

La falta de sueño durante la noche puede impactar de forma considerablemente negativa en nuestras actividades sociales y causar la pérdida de puestos de trabajo o el fracaso escolar, entre otras consecuencias. Por eso, ante los primeros signos de somnolencia diurna se recomienda buscar ayuda profesional inmediatamente.

Entre los tipos de trastorno del ritmo circadiano se encuentran los siguientes:

* adelanto de fase: con el paso del tiempo, especialmente a partir de los sesenta años de edad, los seres humanos comenzamos a mostrar un patrón muy particular con respecto a las horas de sueño, que se caracteriza por ir a dormir más temprano que antes y, en consecuencia, despertar también de manera precoz;

* retraso de fase: es un síndrome que se distingue por la imposibilidad de comenzar el sueño a la hora habitual o en el momento deseado, así como la gran dificultad para levantarse por las mañanas y cumplir con los horarios impuestos por las obligaciones. Cuando continuar durmiendo no es una opción, esto deriva en una disminución del período de sueño;

* irregularidad del ritmo vigilia-sueño: se trata de una distribución muy desordenada de los períodos de sueño y vigilia, a lo largo de las 24 horas. Si bien la cantidad de sueño total suele ser la normal, el problema reside en que se fragmenta y se dispersa a lo largo del día y la noche, lo cual repercute negativamente en el rendimiento a lo largo del día. Por lo general, las siestas son numerosas y duran varias horas;

Definición de biorritmo

Se conoce como biorritmo al ciclo de fenómenos fisiológicos que se repite de manera periódica y que incide en el estado anímico, las emociones y los sentimientos de los seres humanos. Los biorritmos, por lo tanto, influyen en la conducta de las personas.

Muchas veces la idea de biorritmo se asocia al concepto de ritmo biológico: la oscilación de los parámetros de la biología de acuerdo a condiciones ambientales y a un reloj interno. En el caso específico del biorritmo, alude a condicionamientos del comportamiento que proceden de ciclos fisiológicos que se reiteran en el tiempo.

Esto quiere decir que algunas cuestiones vitales de las personas podrían predecirse según ciclos matemáticos. Por lo general se postula la existencia de tres ciclos de biorritmo: un ciclo intelectual que dura 33 días, un ciclo emocional que se extiende por 28 días y un ciclo físico que tiene una duración de 23 días. Estos ciclos oscilan en una onda senoidal.

Muchos sostienen que los biorritmos constituyen una pseudociencia. Sin embargo, hay quienes creen que existen periodos de debilidad, de fortaleza o de mayor sensibilidad y por lo tanto intentan determinarlos mediante una carta biorrítmica. Así, en teoría, se puede saber cuáles son los días favorables para el desarrollo de determinadas actividades, con el objetivo de aprovechar mejor el tiempo y la energía.

Esta disposición en tres ciclos bien definidos sirven a muchas personas para intentar organizar sus vidas de forma tal que el estrés no les impida avanzar con fluidez. Dado que creen en un sistema para predecir el mejor momento para llevar a cabo cada tipo de actividad, se apoyan en él y evitan intentos fallidos, reduciendo al mínimo las probabilidades de fracaso o frustración.

Como se expresa en un párrafo anterior, cada uno de estos ciclos oscila entre dos extremos, el alto y el bajo, dibujando una onda sinusoidal. Aquellos días en los cuales la línea atraviesa el eje, es decir cuando entre los valores se encuentra el cero y se invierte el signo, pueden ser considerados los críticos; en otras palabras, se trata del momento en el cual los niveles de incertidumbre y riesgo alcanzan sus picos, por lo que no es conveniente actuar sin un plan bien trazado.

Aparte de los tres ciclos antes mencionados, los expertos en la materia teorizan acerca de la existencia de otros, que pueden ser más extensos o más cortos, y para dar con ellos se apoyan en el concepto de combinación lineal, una expresión matemática que se obtiene al sumar productos de elementos agrupados en pares (por ejemplo: se toma un elemento de un conjunto y se lo multiplica por uno de otro; esto se suma a la multiplicación de otros dos elementos similares, y así sucesivamente).

El cálculo de los tres ciclos principales no es muy complejo, aunque es necesario memorizar la estructura de las ecuaciones y conocer el modo en el cual debe llevarse a la calculadora o el ordenador para evitar errores de orden. Básicamente, se debe calcular el seno de la siguiente expresión: 2πt / d, donde t es la cantidad de días que han transcurrido desde el nacimiento del sujeto, y d, la que corresponde al ciclo que se busca calcular (que puede tener los valores 23, 28 o 33). Su uso nos demuestra, por ejemplo, cada cuantos días se repite cada ciclo o las combinaciones que se dan entre ellos.

Es importante destacar que los ritmos biológicos, estudiados por la cronobiología, sí están reconocidos por la ciencia. La mayoría de los médicos, de todas maneras, cree que asociar estos ritmos a los ciclos que se conocen como biorritmos carece de justificación científica. Incluso suele afirmarse que el biorritmo es similar a la numerología.

 

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