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En el
estudio del tórax, el examen más frecuentemente indicado es la radiografía
frontal, debido al gran caudal de información que de ella podemos obtener, a
la frecuencia de las enfermedades que lo afectan y a la importancia vital de
los órganos en él incluidos. Por tanto, se utiliza en la
evaluación de las afecciones cardio-respiratorias y del mediastino, en el
chequeo pre-laboral o pre-operatorio, en el diagnóstico precoz de la
neoplasia del pulmón, en el estudio de lesiones sistémicas o no que
repercutan en el tórax, así como en su evolución. Para su interpretación
correcta es imprescindible poseer información clínica adecuada
y de gran utilidad tener una radiografía anterior para
comparar. Un examen normal no descarta totalmente pequeñas metástasis, tumores primitivos ni lesiones óseas,
tampoco neumonías ni lesiones obstructivas pulmonares en estadios muy precoces. El propósito de
este trabajo es ofrecer al estudiante de Medicina y al médico de la familia
un material complementario, donde puedan hallar imágenes semejantes a las que
observamos durante la labor cotidiana en la comunidad y también como apoyo
a la educación continuada. |
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