Desde el año 2003 se celebra en todo el mundo el Día Internacional contra la Corrupción, una efeméride creada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), con el objetivo de frenar y eliminar en todos los países miembros los actos de corrupción por parte de aquellos hombres y mujeres que se aprovechan de un cargo de poder para enriquecerse a cargo de los demás.
Según datos de la misma ONU, cada año se pagan aproximadamente un billón de dólares en sobornos, eso sin contar que se calcula que durante el mismo periodo se suelen robar 2,6 billones de dólares mediante la corrupción, esto implica un total del 5% del producto interior bruto (PIB) mundial.
Esta cifra es sobre todo perjudicial en los países en desarrollo, donde el dinero que se pierdes es diez veces mayor al dinero que se dedica para asegurar una calidad de vida acorde a los ciudadanos.
Es un hecho que la corrupción aumenta en tiempos de crisis, como en el momento actual. El mundo está viviendo una situación sin precedentes que requiere que los gobiernos tomen decisiones rápidas y aceleren los procesos de ayuda a las familias y a las empresas, y esto puede suponer un descuido en los procesos de control para que todo se haga con la máxima transparencia.
El lema de 2020 para el Día Internacional contra la Corrupción es "Recuperación con integridad" porque solo con integridad seremos capaces de salir de la crisis causada por la pandemia. Se pide a los Estados que no descuiden los procesos de control para luchar contra la corrupción y que apoyen a los periodistas y medios de comunicación que se supone que están para controlar e informar a la opinión pública.
Principales consecuencias de la corrupción
La corrupción puede ser erradicada. El mejor mecanismo es penalizar de forma severa este tipo de actos, garantizar la independencia de los poderes jurídicos y establecer pautas morales como la honradez dentro de la educación de los ciudadanos.
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