El Día Internacional de las Niñas en las TIC se celebra el cuarto jueves del mes de abril. En 2023 se celebra el 27 de abril. el tema elegido en esta ocasión es: "Habilidades digitales para la vida".
Fue en el año 2010 cuando los países miembros de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), organismo adscrito a la ONU, decidieron crear esta efeméride, producto de la enorme brecha de género que se ha evidenciado a lo largo de los años.
Se pretende que las niñas y las mujeres jóvenes adquieran habilidades para convertirse tanto en usuarias de las nuevas tecnologías como en creadoras en el mundo digital. Y para ello es fundamental que las niñas y jóvenes prosperen en carreras de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas.
En los últimos años, ha disminuido el número de mujeres que deciden estudiar y dedicarse a la informática y las tecnologías. Y esto, en un mundo tan digitalizado como en el que vivimos, no deja de ser extraño.
La brecha se hace aún más profunda cuando hablamos de generación de contenidos, desarrollo de páginas web, creación de software, aplicaciones y demás elementos digitales, ámbitos en los que los hombres tienen mucha más presencia que las mujeres.
Ocurre lo mismo en el ámbito de la ciencia. Por ello se creó el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia que se celebra el 11 de febrero.
Los expertos han detectado tres causas fundamentales por las que hay tan pocas mujeres en el mundo de la tecnología, estas son:
Algunas estadísticas interesantes que refuerzan la brecha digital de género arrojaron los siguientes resultados:
¿Por qué es tan importante que las niñas y mujeres en general se interesen por las TIC?
Más allá de un problema de género, la razón fundamental de la creación de este día internacional, es que la falta de mujeres con aptitudes para la utilización y desarrollo de las TIC trae como consecuencia una grave disminución en el desarrollo económico y social de los países.
Actualmente, toda actividad económica que se está realizando en el mundo lleva de forma implícita el uso de algún elemento tecnológico, bien sea saber cómo realizar una llamada desde un smartphone hasta trabajos mucho más complejos, como gestionar un inventario por medio de tablas dinámicas en Excel o realizar un seguimiento de métricas en las redes sociales.
Si la población femenina, que resulta también ser la mayoría, no cuenta con las habilidades ni el conocimiento necesario para desempeñar este tipo de tareas, ni se involucra en el desarrollo de nuevos elementos que puedan generar progreso en este ámbito, el mundo sufrirá un estancamiento.
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