El 5 de diciembre se celebra el Día Mundial del Suelo para concienciar al mundo sobre la importancia de un suelo sano y luchar por la gestión sostenible de los recursos.
En definitiva se busca incentivar en la población mundial una preocupación por el cuidado y uso que le damos al suelo en materia de agricultura y en todas nuestras interacciones con el recurso en general.
La erosión es la remoción de capas de la superficie por parte de fenómenos climáticos como el agua y el viento, pero también por parte del factor humano como la labranza intensiva o el uso de suelos fértiles para proyectos de construcción urbana.
En palabras sencillas, la erosión lo que provoca es un daño, que se puede revertir muy lentamente (aproximadamente en un período de mil años), en el suelo donde se cultivan los alimentos, haciendo que dichos suelos dejen de ser fértiles.
Lo peor del caso, es que la erosión acelerada de los suelos puede traer consecuencias verdaderamente desastrosas y si no actuamos ahora, se estima que para el año 2050 el 90 % de los suelos que compone nuestro planeta estén degradados totalmente.
Principales actividades que producen la erosión acelerada de los suelos
Obviamente, existe una erosión natural, que la causa el mismo clima de la tierra, como por ejemplo la lluvia, el viento y las grandes sequias, pero este tipo de erosión no es la que debe ser frenada, sino la del uso inadecuado que los seres humanos le estamos haciendo al recurso del suelo.
Algunas de las actividades que deben cesar son:
¿Cómo la erosión de los suelos amenaza la seguridad alimentaria del mundo?
El suelo y el agua, fuente de vida
La supervivencia de nuestro planeta depende del precioso vínculo entre el suelo y el agua. Más del 95 % de nuestros alimentos proviene de estos dos recursos fundamentales.
El agua del suelo, vital para que las plantas absorban los nutrientes, une nuestros ecosistemas y consolida una relación simbiótica que es la base de nuestros sistemas agrícolas.
Sin embargo, debido al cambio climático y la actividad humana, nuestros suelos se están degradando, lo que ejerce una presión excesiva sobre nuestros recursos hídricos. La erosión altera el equilibrio natural, reduciendo la infiltración de agua y su disponibilidad para todas las formas de vida.
Las prácticas sostenibles de gestión del suelo, como la labranza mínima, la rotación de cultivos, la adición de materia orgánica y los cultivos de cobertura, mejoran la salud del suelo, reducen la erosión y la contaminación y mejoran la infiltración y el almacenamiento del agua. Estas prácticas también preservan la biodiversidad del suelo, mejoran la fertilidad y contribuyen a la retención de carbono, desempeñando un papel crucial en la lucha contra el cambio climático.
El Día Mundial del Suelo 2023 y su campaña tienen como objetivo concienciar sobre la importancia y la relación entre el suelo y el agua para lograr sistemas agroalimentarios sostenibles y resilientes. Celebremos la importancia de nuestros suelos e involucrémonos para mejorar la salud de los mismos.
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